''COLÓN ESPAÑOL''

La tesis de D. Celso García de la Riega, “Colón español”, se presentó “oficialmente” en Madrid durante la conferencia que el insigne historiador pronunció en la Real Sociedad Geográfica, la noche del 20 de diciembre de 1898. En su contexto original, se apoyaba en varios documentos de los siglos XV y XVI hallados en Pontevedra, en los que figura una familia de mareantes de apellido Colón, y en una serie de nombres impuestos por el Almirante en el Nuevo Mundo, cuyos homónimos corresponden a accidentes geográficos de las Rías Bajas.

Durante los últimos cien años, y en una labor conjunta de investigación sobre el mismo tema, se alcanzaron resultados espectaculares: Primero, se catalogaron más de 300 vocablos gallegos empleados por Cristóbal Colón en sus escritos autógrafos. Segundo, se reunió una colección de 30 documentos originales, a través de los cuales se demuestra que los Colones pontevedreses –establecidos en la Moureira y en Porto Santo- son el tronco y raíz de los Duques de Veragua (1).

La importancia de estos hallazgos nos indujo a revisar el testimonio de Lucio Marineo Sículo, del año 1530, y de la propia Academia de la Historia, llegando a la conclusión de que su nombre de pila completo era Cristóbal Pedro, tal y como refleja la abreviatura del polémico documento de 1496: XPº de Colón. Por otra parte, la cita de Marineo, “Petrum Colonum”, viene corroborada por el reciente hallazgo de un texto del gran humanista y sacerdote portugués Gaspar Frutuoso (1522-1591) en su obra manuscrita “Saudades da Terra”, publicada hacia 1580.

Otras pruebas sobre la verdadera identidad del Descubridor se refieren a la audiencia que le concedieron los Reyes Católicos, en Alcalá de Henares, el 20 de enero de 1486; a la interpretación de la firma y a los apellidos de su madre, Constança Gonçálves Colón. Dato, este último, que confirma el testamento de Pero Gonçálves, “hijo de Bartolomé Colón”, fechado en 1489 (Boletín de la Real Academia de la Historia, correspondiente al mes de diciembre de 1900, página 469).

(1) Los documentos aportados por García de la Riega, e impugnados -en 1928- por la Academia, fueron de nuevo revisados -en 1966- por un equipo de especialistas , encabezado por la profesora doña Emilia Rodríguez Solano, mediante la aplicación de modernas técnicas fotográficas, análisis de tintas y empleo de luz negra. Como consecuencia de dichos análisis, se concluye que “no existe falsificación en los documentos de Pontevedra”. Hecho al que ya hiciera referencia el ilustre historiador D. Antonio Ballesteros Beretta: “Algunos le negaron autenticidad, pero no están en lo cierto; yo los he examinado por dos veces, una en el mismo Archivo de Pontevedra, donde me los enseñó el archivero D. Casto Sampedro Folgar, persona dignísima e incapaz de falsificaciones.”


Casa do Concello. Pontevedra